Muchas veces la vida nos deja a merced de la soledad, y lo mas irónico es que este estado mental no necesariamente viene de una ruptura amorosa: ya que la peor soledad proviene del saberse acompañado, “muy acompañado”, pero de igual manera aislado… ignorante de tu destino.
En este artículo no entrare en las causas que desencadenan tan sigilosas tormentas mentales, más si me gustaría enfocarme en las cosas que creo fundamentales para superarlas, ya sea que estés viviendo una relación que termino y aun quede la añoranza de “lo que pudo ser”, o lo que es peor: que aun estés viviendo el infierno de saberte día a día durmiendo con el enemigo.
En esta y otras situaciones complejas, nos viene bien revisar las creencias del mundo que nos rodea, ya que la realidad no es más que una interpretación subjetiva de lo que, por mucho que intentemos, no alcanzaremos a comprender, y ¿para qué buscarle explicaciones tan altruistas a la vida?, ¿no sería más ecológico dominar esas pequeñas y sublimes cosas que se nos presentan como habilidades para vivir mejor?, y esta es la primera de ellas: “La vida siempre será lo que tú quieres que sea”, ¿suena simple verdad?, y lo que es aún mejor: está al alcance de todos.
¿A qué me refiero con esta última frase y por qué la apología al desamor para desarrollarla?, pues bien… aquí es donde se pone esto interesante, por lo que te invito a leer atentamente lo que viene a continuación:
“Te han mentido toda tu vida”, y a esto es lo que yo llamo EL CONTRATO SOCIAL.
Te invitaron a creer desde niños que la única manera de vivir era seguir ciertas etapas en la vida, ciertos parámetros, con todo declamatorio escuchaste a tus padres desde muy chico decir que la única manera de salir adelante era asistiendo a un colegio, paras luego ir a una universidad, y al culminar esas etapas estabas listo para el amor… pero descuida: no fue culpa de tus padres, y esa ignorancia generalizada se la debemos a muchos años de arrastre de paradigmas obsoletos que a decir verdad no le suman a tu vida, y es aquí donde quiero detenerme, en el amor de pareja.
En gran parte del mundo existe la creencia generalizada de que el amar es estandarizado, es decir: la mayoría de las personas consuman su meta en el amor cuando logran alcanzar una relación estable por algunos años, ¡y ni hablar del matrimonio!, que se presenta como el fin último de la vida; lo interesante es que, si intentamos definir el amor, veríamos claramente que la tendencia es a encontrar muchas respuestas en muchas personas, y sabiendo esto no es absurdo pensar que no debería existir algo tan descabellado como la forma correcta de amar, la cual está ligada muchas veces a la palabra “tiempo”, y con esto quiero enumerar mis primeros hallazgos:
– La soledad es un estado mental que puede ingresar a nuestras vidas ya sea con pareja o sin pareja, y esta no depende de cuan mucho o poco nos aman, sino de cuan mucho o poco nos amamos.
– La soledad es interpretativa y como lo es, las causas de esta cambian de persona a persona: si crees que tu vida es solitaria, será tal cual lo decretas.
– Creencias: te invito a creer en cosas simples, no busques explicaciones complejas al amor, ya que lo que está a la vista no necesita anteojos. Es muy evidente cuando nos quieren o cuando no lo hacen, y lo que es aún más didáctico e importante: es muy evidente cuando nos queremos o cuando no lo hacemos.
– Si rescatas tu amor propio se acaba la soledad: El amor no es un lugar a donde llegar, o el fin último de la vida como muchos nos invitan a creer, mejor date la oportunidad de amar día a día y a tu manera sin esperar que el amor sea como lo que todos quieren que sea.
– Si tienes miedo a sentirte solo al atreverte a terminar tu relación de pareja “bienvenido al club”, ya que es uno de los 5 miedos más generalizados de las personas en todo el mundo, lo interesante es que, al cabo de unos días o meses, luego de sentir los embates del desamor, es muy probable que ya ni recuerdes cómo pudiste sentir eso por esa persona en particular.
¿Cuáles son las expectativas luego del desamor?
Esta es la parte maravillosa de este artículo, no se necesita investigaciones científicas para ver qué sucede luego del desamor, ya que si bien mi curiosidad me ha llevado a estudiar estos temas a profundidad, y podría sepultarte entre líneas y líneas hablando de la química cerebral del enamoramiento, o de las deficiencias cognitivas y limitaciones en estos procesos prefiero quedarme con la explicación funcional: la que veo en el día a día al conversar con amigos y colegas, y muy fundamentalmente por lo que he aprendido con mi experiencia en el amor, que definitivamente no ha sido poca y les confieso que bastante acontecida.
Se me ocurre esta frase justo en este momento para explicarlo: (les juro que se me ocurrió en este momento)
“Después del amor no hay nada, y antes del amor, tampoco lo hubo”
que quiero decir con esto, es simple: el amor es atemporal, y este no se basa en cosas del pasado ni mucho menos en cosas que sucederán, y si estas en una relación en donde hay amor, no esperes más que eso, no vivas aferrado a expectativas mundanas de lo que debería suceder con el tiempo, solo pregúntate en el aquí y en el ahora si ese es el lugar en donde quieres estar.
Si por el contrario estas en una relación en donde no hay amor, ¿Qué sentido tiene quedarte allí?, la soledad y tu interpretación de ese hecho ya han realizado el trabajo por ti, te gritan muy profundamente que te muevas, que salgas de allí y que lleves tu vida al siguiente nivel; a fin de cuentas, nunca estarás más solo que si te quedas.
Para los que sienten la soledad por no encontrar a la persona amada también les tengo un interesante hallazgo: y no es más que para aprender a estar con alguien definitivamente hay que aprender primero a estar solo, ya que, si no puedes disfrutar de ti, ¿Quién rayos lo hará?, trabaja en ti, cultívate a ti, que si logras encontrarte te volverás tan atractivo para el sexo opuesto que tu único desafío será elegir a la más adecuada (y de eso hablaremos en otro momento).
En conclusión, los miedos siempre estarán allí, y particularmente el miedo a la soledad, tu desafío será revisar tus creencias para ver si ese miedo es el ingrediente clave para potenciar tu vida y reinterpretarlo de manera tal que la soledad no sea un problema.
Nota: justo en este momento mi pareja no está aquí, la extraño, de veras que la extraño… pero si ella estuviese en este momento estas líneas nunca se habría podido escribir y una parte de mi estaría inconclusa.
¡Que tengas un gran día!
Por Jorge Carvajal